Domingo, Lunes, Martes, Miércoles, Jueves y Viernes:
Días verdaderamente azules, salvadores, refrescantes, abrumadores.
Salir, ver otras caras y escuchar otras voces,
moverte, caminar por calles que no conoces,
respirar, sentir aires de estreno.
Días amarillos, azules, verdes y turquesas.
Alegría, tranquilidad, espíritu, amistad,
responsabilidad, independencia, madurez.
He crecido, en cuatro días, más que en mi último año de vida.
Siento que todo lo que me preocupaba, sigue aquí, pero está pasando.
Siento que hay alguien arriba que tiene todo perfectamente calculado.
Siento que aquella frase trillada, "todo pasa por algo", me mira con aire socarrón, divertida con mi incredulidad.
Siento que existen lugares que te convierten en una persona nueva, te bañan con nuevos sabores y te acogen con paciencia.
Siento que tarareo dentro de mi cabeza, y parezco tan feliz.
Un día, una sonrisa, una broma, una canción.
Cuatro días, muchas sonrisas, cientos de bromas, la misma canción.
Aquella melodía simplona que me sabe a liberación.
Aquella tonada jovial con aroma a grava, a tierra húmeda y a oración.
Estos cuatro días de escape y renovación.
Estos días que agradezco por tanta diversión.
Sábado de nuevo: llega el quinto día de muchos que quedan por venir.